¿Qué es el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles?
La iniciativa del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles es un esfuerzo global que busca dar respuesta al principal causante de la crisis climática: la producción y el uso de carbón, petróleo y gas. A través de la cooperación internacional y el multilateralismo, el Tratado ofrece una propuesta para acelerar la transición justa hacia las energías renovables, y poner fin a la expansión de los combustibles fósiles, de acuerdo con lo que la ciencia demuestra que es necesario para abordar la crisis climática.
Los pilares del Tratado son:
- No proliferación: Detener la expansión de nuevos proyectos de combustibles fósiles en todo el mundo.
- Equidad: Eliminar progresivamente su uso de manera justa y equitativa, conforme al objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
- Transición justa: Impulsar una transición energética justa, que garantice el acceso a energías limpias, diversificadas y asequibles, sin dejar a nadie atrás.
El llamamiento para la creación de un Tratado sobre Combustibles Fósiles cobra cada vez más impulso en todo el mundo. Además de los 17 estados-nación que ya se han comprometido a participar en las negociaciones, la iniciativa cuenta también con el apoyo de más de 130 ciudades y gobiernos subnacionales, la Organización Mundial de la Salud, el Parlamento Europeo, 4000 organizaciones de la sociedad civil, 3000 científicos, 37 comunidades indígenas y más de un millón de personas, incluyendo 101 Premios Nobel y 850 políticos electos.
¿Cómo complementa este Tratado otras iniciativas ya en marcha como el Acuerdo de París?
El Acuerdo de París de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) establece la necesidad de no superar los 2ºC de aumento global de la temperatura, y realizar esfuerzos para que este aumento no supere los 1.5ºC. Sin embargo, no aborda específicamente la producción de petróleo, gas y carbón, ni incluye un mecanismo para negociar una transición justa hacia las energías renovables limpias y asequibles. En los 27 años que la CMNUCC ha mantenido negociaciones sobre el clima, los combustibles fósiles no se han mencionado en el texto final hasta 2023 en la COP28. Si bien las COP y la CMNUCC son mecanismos fundamentales y este diálogo debe continuar, la necesidad de que los países lleguen a un consenso antes de asumir compromisos limita la ambición y la velocidad a la que se pueden tomar medidas, en un momento en el que necesitamos medidas urgentes. Por este motivo, un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles puede llenar el vacío existente en la cooperación internacional y ser impulsado por un grupo de países pioneros, en lugar de requerir la participación de todos los países.
¿Por qué España se debería unir a las negociaciones sobre el Tratado?
España está situada en primera línea de la emergencia climática, siendo uno de los diez países del mundo más afectados por fenómenos meteorológicos extremos, como hemos podido ver durante el último año. Todos estos fenómenos seguirán ocurriendo, y cada vez serán más intensos si el mundo no toma la decisión de abandonar su dependencia del petróleo, gas y carbón.
Una transición energética justa hacia energías renovables, sostenibles, diversificadas y asequibles es por tanto una necesidad imperante para reducir estos eventos en el futuro, pero también una oportunidad para aumentar el bienestar y la calidad de vida de la ciudadanía española. Un aire más limpio podría evitar las 25 000 muertes y las más de 60 000 hospitalizaciones que actualmente provoca cada año la contaminación atmosférica. Invertir en transporte público de calidad y en una planificación urbana sostenible haría que nuestras ciudades fueran más habitables y transitables (tanto a pie como en bicicleta), con más espacios verdes y más espacio para las personas para reunirse, conectar y vivir estilos de vida más saludables. Además, la transición justa a las energías renovables y la mejora de la eficiencia energética crearán entre 363 000 y 560 000 puestos de trabajo en los próximos cinco años.
España, al igual que el resto de Europa, tiene una responsabilidad histórica contraída con los países del Sur Global, que actualmente son los más afectados por la crisis climática sin apenas haber contribuido al problema, ya que sus emisiones de gases de efecto invernadero son en la mayoría de los casos insignificantes. Por eso, el Tratado es también una manera para España de promover la justicia climática global.
España es uno de los países más comprometidos con el clima de la Unión Europea, y ahora tiene en sus manos la oportunidad de sentar un importante precedente al convertirse en el primer país de la UE en unirse al grupo de 17 países que ya participan en las negociaciones de un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.
Ahora es el momento de que el Gobierno español decida liderar a la UE hacia un futuro libre de combustibles fósiles, protegiendo a su población, fortaleciendo su economía, demostrando su liderazgo moral y su firme compromiso con la acción climática y la justicia.